Fuente: P y G
A partir del próximo mes de marzo, las entidades de crédito tendrán que informar a Hacienda de aquellos cobros y pagos en efectivo que superen los 3.000 euros. De esta manera la Agencia Tributaria podrá controlar y hacer un seguimiento de todos estos movimientos.
Hacienda aprobó el año pasado el modelo 171 de ‘Declaración informativa anual de imposiciones, disposiciones de fondos y de los cobros de cualquier documento’, que se presentará anualmente. El próximo mes de marzo las entidades financieras presentarán este modelo con la información de los movimientos realizados en 2010 y que superen los 3.000 euros.
Hasta enero de 2010, los bancos y cajas tenían la obligación de comunicar a Hacienda de las operaciones superiores a los 3.000 euros realizadas con cheques y de las de efectivo de más de 100.000 euros. En enero del pasado año ésto se modificó obligando a las entidades a recabar información de todos los movimientos en efectivo de más de 3.000 euros. Hacienda podía, hasta ahora, solicitar a las entidades bancarias esa información, pero ahora éstas se verán obligadas a dar estos datos de forma anual.
La Agencia Tributaria recibirá, mediante esta declaración, la información de todos los ingresos, reintegros y cobros de cualquier documento que se realicen en metálico y su importe sea superior a 3.000 euros. Esa información incluirá el nombre y apellidos o razón social y NIF de quien realiza la operación, la fecha en la que se ha realizado, si es un cobro o un pago, su importe y el número de cuenta en la que se realizan los cargos o abonos.
La Agencia Tributaria continúa con las medidas de lucha contra el fraude fiscal y esta se incluye dentro de las mismas. Detectar y combatir el blanqueo de capitales y la economía sumergida viene siendo, desde antes del verano, el objetivo de muchas de las actuaciones de los órganos de inspección de Hacienda.
Este sistema se hará de manera automatizada, procesando la información por medios telemáticos, en la línea de las últimas actuaciones de Hacienda que pretende la extensión de la informatización de la gran mayoría de los procesos para ganar rapidez y eficiencia en la gestión y el control de la información recibida.